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jueves, 21 de enero de 2016

Mosquera, olivarda, hierba pulguera – Dittrichia viscosa



   Adaptada a vivir en terrenos pobres, secos y soleados, resistiendo las diferentes variaciones térmicas, esta planta habita en bordes de caminos y carreteras, taludes y lugares alterados, es una invasora que poco a poco se ha extendido por muchos lugares de Asturias.


   Con tallos rectos y leñosos en la parte inferior, que superan el metro de altura, poseen unas hojas viscosas, más o menos lanceoladas, apuntadas, ligeramente dentadas, sin peciolo y llenas de unos pelillos que segregan una sustancia pringosa, la cual impide el crecimiento de las plantas vecinas.



   Las flores, de color amarillo dorado, se agrupan en inflorescencias formadas por racimos de racimos, las internas tienen forma de tubo y son hermafroditas.



   Tienen un largo período de floración pues se inicia en julio-agosto y llega hasta el invierno. No resulta extraño verla adornando los bordes de algunos caminos durante el mes de diciembre. Está claro que su floración tardía es una buena estrategia por la mínima competencia, y colaborando, por otra parte, en la alimentación de los insectos polinizadores.



   Esta prolongada floración se convierte más tarde en una enorme cantidad de semillas, que se forman bajo alados vilanos, los cuales ayudados por la acción del viento son capaces de ocupar lugares bastante lejanos.



   Está comprobado que es una planta que arde con facilidad y adaptada ante situaciones de fuego, pues sus semillas resisten las altas temperaturas y son capaces de conseguir nuevas plantas después de un incendio, por lo que se convierte en una especie pionera y colonizadora del nuevo medio ante la desaparición del resto de especies que no soportan el fuego.



   A pesar de su origen mediterráneo, su gran capacidad para adaptarse a cualquier lugar y condición, y la hábil dispersión de sus semillas, la han convertido en una invasora difícil de eliminar, con las inevitables consecuencias para muchas especies autóctonas. Es probable que la introducción de esta especie en Asturias pudiera haber sido a mediados del siglo XX.


   Las gentes de la zona rural, buenos conocedores de las propiedades y peculiaridades de ésta y otras plantas, la colgaban de los techos de las casas y así las moscas y otros insectos quedaban atrapados en sus pegajosas hojas. Lo mismo se hacía en las cuadras, mezclando esta planta con la paja de las camas de los animales, para atrapar las pulgas. De aquí provienen algunos de sus nombres populares como hierba mosquera, pulguera, …….


   Por otra parte tiene aplicaciones curativas y/o paliativas por lo que está bien considerada dentro de la medicina popular. Una infusión con sus hojas sigue utilizándose para reducir las molestias debido al reuma o artritis y también ante el dolor de muelas como analgésico. Resuelve problemas digestivos y se emplea ante digestiones lentas, gases, acidez, …… algunos dicen que “una tacita” después de las comidas suele ser de gran utilidad. En todo caso no es recomendable su uso sin consulta médica pues un incremento en las cantidades puede generar graves problemas debido a su toxicidad, como ocurre con otras plantas.



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