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miércoles, 26 de junio de 2013

Aguileña - Aquilegia vulgaris



   Muy frecuente en nuestra región. Florece de abril a junio. Crece en claros de bosques y en bordes de arroyos, matorrales y prados. Le gustan las zonas frescas, aunque no soporta la sombra permanente.



   Llama la atención por la peculiar forma de sus flores, por este motivo posee una gran variedad  de nombres populares: farolillos, frailes boca abajo, clérigos, guante de dama, soldados, calzones de cuquiellu, ………..Puede llegar hasta el metro de altura, algo vellosa y se ramifica en la parte superior. 



   Las hojas basales son grandes, pecioladas y compuestas, disminuyendo su tamaño  y peciolo en los tallos. Sus flores son grandes, azules o violetas, que cuelgan de un largo rabillo, formando grupos de hasta 10. En la parte interna poseen 5 pétalos, cada uno con un espolón curvado que asemeja a las garras de un águila, de ahí su nombre científico. Posee numerosos estambres.



   Estas  llamativas y peculiares flores, ricas en néctar, se emplean como sustitutas del té. Se dice que en otra época se utilizaban contra el escorbuto, el sarampión y las viruelas, pero ahora apenas se usa. Es preciso tener en cuenta que en la actualidad está considerada como planta venenosa, sobre todo sus partes aéreas y semillas, por lo que no debe ser utilizada de forma interna sin prescripción médica.



   También se cuenta que las semillas se emplearon para hacer perfumes afrodisíacos. Estas semillas, una vez molidas y maceradas en aceite de oliva, se ponen en la cabeza para repeler los piojos. En otras tradiciones sobre esta planta se escribe que al frotar las manos sobre las flores de Aguileña, aumentaba el valor y la fuerza de espíritu.




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